La Reina Bruja Armida y el Caballero Reinaldo
Torquato Tasso (1544 – 1595), Poeta italiano, escribió su obra épica Jerusalén Liberada, ambientada en el asedio a Jerusalén en la Primera Cruzada. Un canto épico en octavas estructuradas en 20 cantos.
Entre estos cantos cuenta que el joven guerrero Reinaldo era un cruzado predestinado a la liberación del Santo Sepulcro en Jerusalén, en la primera cruzada en el siglo XI. Ausentado del campo cristiano, la hermosa maga pagana Armida, quien fue un tiempo su mayor enemiga, se enamora perdidamente del apuesto guerrero y se lo lleva lejos del ruido de la batalla para gozar con él una perfecta e inconsciente felicidad, en el rincón más ignorado de la tierra, en una de las Islas Afortunadas. Allí la bruja cree que nadie vendrá a arrebatar a su amante de sus brazos y del poder de sus encantos. Las olas del inmenso océano, que nadie había desafiado impunemente, son la barrera más segura entre su loca pasión y el mundo que, obedeciendo a un decreto divino, necesita la presencia de Reinaldo. Así el guerrero se olvida poco a poco del pasado y ya no piensa en la guerra mientras disfruta de la prisión dorada celosamente guardada por los encantos de Armida.
La bruja reina, creó un verdadero palacio y jardín con árboles que presentan capullos, flores y frutos maduros y con cantar de pájaros exóticos y la isla custodiada por un león y un dragón. Una fuente de agua con un alegre canto invita al viajero a beber de ella, pero pobres de quienes osan calmar su sed, pues la risa provocará su muerte.
Pronto el poder de la hermosa encantadora tratará en vano oponerse a la decisión del destino. Reinaldo debe volver al campo cristiano y darle la victoria tan largamente ansiada. Para llamarlo a la realidad de su misión, el líder de los cruzados, Godofredo de Bouillón, envía a dos mensajeros, los caballeros Carlos y Ubaldo.
Ambos guerreros se valen de un viejo sabio, mágico y eremita que se deja conocer como el célebre Viejo de la Montaña y les dice como pueden cumplir su misión. Y así se dirigen para liberar a Reinaldo de los brazos de Armida. Carlos y Ubaldo tienen una orden divina, y como tal, cuenta con medios sobrenaturales para llegar a su destino.
Finalmente los dos caballeros, llegan al palacio de la bruja Armida y resisten a la seducción de una de las ninfas que envía la malvada bruja y éstos le muestran a Reinaldo uno de sus escudos donde se ve reflejado y descubre que está encantado por un falso amor. Reinaldo regresa junto al impulsor de las cruzadas, Godofredo de Bouillón y da la victoria contra el ejército otomano.
→ La Graciosa y Leonardo Torriani
Leonardo Torriani, de origen italiano, ingeniero militar a las órdenes del rey de España Felipe II para examinar la defensa de la Isla de Lanzarote, fue un gran amante de los poemas de Torquato Tasso. Al divisar la isla de La Graciosa, supuso que Tasso se inspiró en ella para representar el encantamiento de la Bruja Armida sobre Reinaldo y más concretamente sobre Montaña Amarilla donde tenía su palacio y jardines de exuberante belleza, producto de su imaginación y porque tal bruja podía realizar cuantos hechizos quisiera para crear un idílico paraíso.
Torquato Tasso era conocedor de las Islas Afortunadas y a sabiendas que eran siete islas mayores y varios islotes, y precisamente con el afán de conseguir el alejamiento de otros seres, ubicó en la Isla de La Graciosa este romance.
En su obra, Tasso, recrea una fuente similar a la leyenda de Pomponio Mela que habla de la existencia de una fuente en las Islas Afortunadas.
El pintor Tiepolo en 1753 realiza este lienzo de Armida y Reinaldo (Rinaldo) donde se aprecia a Armida sujetando al héroe y en su mano izquierda una guirnalda de flores símbolo de los lazos que le mantienen prisionero y en la mano derecha un espejo, que en este caso es instrumento de su mágico atractivo. Debajo está Cupido como incitador de la pasión amorosa. El cuadro sugiere un ambiente mágico de una isla encantada de rico colorido, una sensual Armida, Rinaldo en una pose de abandono, la columna hermética de la derecha representa a un sátiro.
Fuentes Consultadas:
- Torquato Tasso (Libro Jerusalem Libertada). Traducción al Castellano de la U.A. de Nuevo León.
- Agustín de la Hoz (Libro: Lanzarote).
- Alejandro Cioranescu. Anuario de Estudios Atlánticos.
- Arminda Arteta (Blog: Lanzarote Inédita).
- Agustín Pallarés (Blog: Lanzarote y sus Islotes).